Cómo evitar el aquaplaning

Cuando circulamos con condiciones climatológicas adversas, es muy importante conducir con la máxima precaución ya que las posibilidades de perder el control de nuestro vehículo aumentan considerablemente.

Hoy queremos hablarte del aquaplaning, un fenómeno que ocurre cuando llueve. Puede hacer que perdamos el control de nuestro vehículo y que éste no responda debido a un pavimento deslizante. Vamos a explicarte en qué consiste, cómo puedes evitarlo y qué hacer si tu coche sufre aquaplaning.

El aquaplaning consiste en la pérdida gradual de contacto entre el neumático y la superficie de la calzada cuando ésta se encuentra cubierta de una capa de agua. Se produce cuando el agua no puede ser desalojada por el frente del neumático hacia el exterior, ni tampoco ser expulsada por los canales del dibujo del mismo.

El aumento de la presión entre ambas superficies hace que el neumático flote sobre la superficie mojada y pierda el contacto con el suelo. Esta pérdida de contacto con la carretera hace que no tenga poder de tracción y por lo tanto patine sobre la capa de agua, no respondiendo a los movimientos del volante, a los frenos, al acelerador, etc.

El factor clave para evitar que suframos aquaplaning no es otro que mantener nuestros neumáticos en perfecto estado, siendo el dibujo y la presión de los mismos los aspectos más importantes que debemos revisar.

El dibujo de los neumáticos siempre debe tener una profundidad mínima de 1,6 mm en las ranuras de evacuación, aunque es recomendable que esta profundidad sea de 3 mm para evitar cualquier tipo de problema. Cuanto mayor sea la profundidad del dibujo, más cantidad de agua podrá evacuar el neumático.

Además, es importante además que revises la presión de tus neumáticos regularmente. Una presión por debajo de lo recomendable aumenta significativamente el riesgo de aquaplaning. Unas gomas con la presión correcta aseguran un perfecto rendimiento y funcionalidad.

Por tanto, para evitar que se produzca el aquaplaning, lleva siempre neumáticos en buen estado, con la presión correcta y adapta la velocidad y la conducción a las condiciones de la vía.

Si alguna vez te ves envuelto en una situación de pérdida de control de la dirección del coche por culpa del agua, es importante que actúes de la siguiente manera:

  • Mantén la calma y toma el control de la situación.
  • Sujeta el volante firmemente para evitar oscilaciones laterales e intenta mantener la trayectoria original.
  • Mantén la velocidad constante sin acelerar ni soltar el pie del acelerador. Así conseguirás mantener el control del vehículo cuando las ruedas vuelvan tocar el asfalto.
  • No utilices el freno y mucho menos el freno de mano. Si pisamos el freno, las ruedas podrían bloquearse y por tanto dejar de expulsar agua. Esto nos llevaría a una situación todavía más complicada.

Estos consejos te permitirán salir airoso del aquaplaning. Pero recuerda que lo más importante es mantener los neumáticos en perfecto estado, revisando de manera regular el dibujo y la presión.